Me reconozco sensible ante el argumento de que los burgueses ilustrados de izquierda nos solazamos con las revoluciones lejanas, esas incómodas revoluciones que no quisiéramos interpretar como protagonistas
Las más satisfactorias relaciones de lo sensible deben por tanto corresponderse con las fases indispensables de la aprehensión estética. Si podemos encontrar éstas, habremos hallado las cualidades de la belleza universal.