Quizá sea inoportuno o acaso delirante. Soy de tantas maneras como gente pretenda, nomás, calificarme
Las cartas de recomendación son las que se entregan a un inoportuno para que vaya a importunar a otro.
El público es más inteligente de lo que él mismo cree, pero no hay que decírselo, porque si no se vuelve aún más impertinente de lo que es de por sí.
Todos los estilos responden al tiempo en el que se vive y yo no tengo el menor inconveniente en adaptarme a mi época.
Frívolo y disperso, aficionado en todos los campos, no habré conocido a fondo más que el inconveniente de haber nacido.
No hay tonto más molesto que el ingenioso.
Lo que más me molestó no es que me hayas mentido sino que, de aquí en adelante, no podré creer en tí.
Incluso este París fastidioso y enfermo parece acoger a los jóvenes soles, y como con un inmenso abrazo tiende los mil brazos de sus tejados colorados.
El mundo exterior es el fastidioso fenómeno concomitante de una situación incómoda.
La vida es con frecuencia terriblemente desagradable; pero por muy desagradable que la vida sea, no hay vida tan agradable como la vida que pasa un hombre que estima que lo más agradable de la vida es la vida
Soy egoísta y egocéntrico. Los otros constituyen, con demasiada frecuencia, un notable y desagradable fastidio.
Todos tenemos algún antepasado imbécil. Todos, en algún momento de nuestras vidas, encontramos el rastro, las huellas vacilantes del más pelmazo de nuestros antepasados, y al mirar ese rostro huidizo nos damos cuenta, con estupor, con incredulidad, con horror, de que estamos contemplando nuestra propia cara que nos hace guiños y muecas amistosas desde el fondo de un pozo.
Prefiero ser inoportuno e indiscreto antes que adulador y taimado.
El carácter humano es como una balanza: en un platillo está la mesura, y en el otro la audacia. El mesurado tímido y el audaz indiscreto son balanzas con un brazo, trastos inútiles.
La Gran Enfermera tiene tendencia a alterarse mucho cuando algo impide que su equipo funcione como una máquina bien aceitada, exacta, de precisión. Cualquier objeto desordenado o fuera de lugar o en medio del paso la convierte en un blanco hatillo de sardónica furia.
El buen gusto estaba fuera de lugar cuando se trataba de la muerte, que constituía la esencia del mal gusto.
No voy a decir que lo repetiría, pero me vino bien. Me movía por inercia, no tuve ni un mes para pararme a reflexionar. Gracias al desafortunado incidente, llegué a mi casa y me planteé muchas cosas de mi vida.