Esta es la canción de la última cita. Eché una mirada a la casa sombría. Tan sólo en la alcoba ardían las velas con una llama indiferente y mustia.
Una reacción negativa es mejor que ninguna reacción. Preferiría que alguien me odiase a que no me viera. Al menos si me odia, no le soy indiferente
¡Que fuera, sino, del arduo y sereno mandato que impone la vida a los que la comprenden en sus vastos lineamientos, si no hubiera un sereno panorama donde descansar las alas fatigadas del turbulento y recio rodar de las tormentosas adversidades!
Los dogmas del pasado sereno no concuerdan con el tumultuoso presente.