El vicio inherente al capitalismo es el desigual reparto de bienes. La virtud inherente al socialismo es el equitativo reparto de miseria.
Saber lo que es equitativo y no hacerlo, he ahí la cobardía.
Todas las pasiones tienen dos sentidos, Julieta: uno, muy injusto, en relación con la víctima; el otro, singularmente justo en relación con quien las ejerce.
Es justo allí a mitad de camino entre el huerto desnudo y el huerto verde, cuando las ramas están a punto de estallar en flor, en rosa y blanco, que tememos lo peor.
Unas veces conviene mirar primero por los demás, y otras veces es preferible cuidar primero de mí mismo. Lo bueno del asunto es que la manera de cuidar de mí mismo suele servir también para otros. Y hacer caso de los demás es una manera de hacerme caso a mí mismo. Eso hace que me sienta equilibrado y lleno de paz.
Existen tantas noches como días, y cada una dura lo mismo que el día que viene después. Hasta la vida más feliz no se puede medir sin unos momentos de oscuridad, y la palabra -feliz- perdería todo sentido si no estuviese equilibrado por la tristeza
Yo no quiero que el sistema democrático de convivencia sea, una vez más, un paréntesis en la Historia de España
La monarquía es un déficit democrático que sufrimos por herencia