Qué pena, tan joven y ya tan desconocido
La gente se mueve por hambre, la historia de la humanidad la hace el hambre. En España había mucha miseria y América se presentaba como un mundo de oportunidad. Y había que ser muy valiente para embarcarse hacia un mundo desconocido
Como revelación de ignoto arcano, hecha del germen mismo de lo tierno, eres misterio que al misterio humano aclara en ti su gema donde quiso mostrar la vida su prodigio eterno para que en ti yo viera el paraíso.
Pido a tu lecho el sueño sin sueños ni tormentos con que duermes después de tu engaño, extenuada, tras el telón ignoto de los remordimientos, tú que, más que los muertos, sabes lo que es la nada.
Llegué siempre tarde y me sigo nutriendo de urgente futuro de tiempo inexplorado de riesgos y esperas como si fuera cierto que renacieran los días.
No se lo que pareceré a los ojos del mundo, pero a los míos es como si hubiese sido un muchacho que juega en la orilla del mar y se divierte de tanto en tanto encontrando un guijarro más pulido o una concha más hermosa, mientras el inmenso océano de la verdad se extendía, inexplorado frente a mi.
¿Por qué lo buscaís tan lejos escondido si en vosotros mismos halláis el paraíso?
La gente dice que encuentra el amor, como si fuera un objeto escondido bajo una piedra. Pero el amor adopta muchas formas y nunca es igual para todos los hombres y mujeres. Lo que la gente encuentra es un determinado amor.
¿O has olvidado que la tranquilidad y hasta la muerte son para el hombre preferibles a la libre elección en el conocimiento del bien y del mal?
Durante mucho tiempo fui amnésico. Había olvidado incluso a mis amigos: Marthe Robert, Henri Thomas, Adamov; ya no reconocía ni a Jean Louis Barrault. Aquí en Ivry sólo el doctor Delmas me hizo bien; lamentablemente murió... Estoy asqueado del psicoanálisis, de ese freudismo que se las sabe todas.
Es sorprendente apreciar lo poco que reacciona la población ante cada nuevo esfuerzo para imponer controles más estrictos sobre la información de que disponen los ciudadanos de nuestra democracia.
Cuando terminó la guerra sentí la fresca brisa de la libertad y con un sentimiento de descanso regresé a mi aldea materna para convertirme de nuevo en agricultor.
El destino del genio es ser un incomprendido: pero no todo incomprendido es un genio
El cambio ha sido extraordinario. Ninguna otra tecnología se ha desarrollado tan deprisa y globalmente como Internet. Probablemente sea inédito en la historia de nuestra civilización
Un deseo absolutamente inédito no podría ser percibido, porque no tendríamos un código para descifrarlo. Todo deseo nuevo debe acoplarse a una anterior dosis de memoria para poder existir.
Y siento que los peligros, la soledad y un futuro incierto no son males abrumadores mientras el cuerpo esté sano y las facultades en uso, y sobre todo, mientras la libertad nos preste sus alas y la esperanza nos guíe con su estrella.
Solamente somos campesinos sembrando semillas de fé en un camino incierto de vivencias, similitudes y sueños de nuestra tierra Latinoamericana