La figura moral de Judas es un misterio sordo, sin ecos, tan profundo como el silencio de los siglos y tan amargo como su triste sombra de condenado para la eternidad.
En ciertas estaciones me retiro a un islote, de una hora de circuito y de una elevación prodigiosa, que en crestas acolumnadas se levanta sobre el profundo del mar Mediterráneo. Vase la barca y yo me quedo allí solo por unos días, para unirme con Dios y su Iglesia, en fe, esperanza y amor
En el hielo de la soledad es cuando el hombre, implacablemente, se siente como problema, se hace cuestión de sí mismo, y como la cuestión se dirige y hace entrar en juego a lo más recóndito de sí, el hombre llega a cobrar experiencia de sí mismo.
Todo hombre aspira a mejorar sus condiciones de existencia con repetida terquedad. No importa que fracase una y muchas veces. Hay un veneno de esperanza, inagotable y recóndito que nace en algún rincón de la conciencia y fluye silenciosamente hasta invadirla con ancho cauce reparador.
Cierta aristocracia, educada desde la infancia para considerar su nombre como una ventaja interior que nada puede quitarle, sabe que puede evitarse -pues nada le añadirían- los esfuerzos que sin resultado posterior apreciable hacen tantos burgueses por profesar sólo opiniones bien consideradas y frecuentar sólo a personas bienpensantes
La belleza y la fealdad son un espejismo porque los demás terminan viendo nuestro interior
¡No mintáis, y no practiquéis lo que odiáis!, porque todo se revela delante del rostro del Cielo. Pues no hay nada escondido que no será revelado, y no hay nada oculto que quedará sin ser descubierto
Acabas de cenar, y no importa lo escrupuloso que esté escondido el matadero con la agraciada distancia de las millas, hay complicidad
[La literatura] Es expresión de la vida social, trasunto de valores humanos, (...) un instrumento que ayuda a la mejor comprensión del ser íntimo de un pueblo.
Los proverbios son los ecos de la experiencia de un pueblo y corresponden al pensamiento íntimo de cada uno.
Una guerra es un curso acelerado, intenso y bestial, sobre lo bueno y lo malo de la condición humana. Y creo que las generaciones que vivieron guerras o desastres son más despiertas y razonables que las otras. Han visto el lado oscuro y real de la vida, y saben temerlo, comprenderlo y asumirlo. Por eso nuestros abuelos y bisabuelos eran mejores personas que nosotros.
El doctor Barrios se alejó despacito, pensando en lo bella y sensible que era la hija de su colega y en la semejanza que la vida tiene con los rosales; apenas una rosa acaba de perfumar la existencia de algún hombre cuando se deshoja, y luego otro nuevo capullo se abre en un nuevo florecimiento, tan intenso como el de la rosa muerta.
Produce náuseas por su extremado naturalismo y la tendencia a inculcar todos los miedos posibles e imaginables; sin embargo, su idea fundamental no es clínica sino social, y esto es precisamente lo que no se puede aceptar
Cuando hay verdadero amor no hay distancia
¿Y mi valor? Intervino el León en tono ansioso. Estoy seguro de que te sobra valor respondió Oz. Lo único que necesitas es tener confianza en ti mismo. No hay ser viviente que no sienta miedo cuando se enfrenta al peligro. El verdadero valor reside en enfrentarse al peligro aun cuando uno está asustado, y esa clase de valor la tienes de sobra.
¡Pobre alma, hija de tantas miserias! Estás como calcinada por tantos y tan crueles sufrimientos físicos. Sin embargo, todavía te invade el flujo abismal de los misterios de Dios
En ciencia hay que estar siempre atentos al hecho de que existen velos humanos que ocultan la oscuridad abismal de lo desconocido.
La ficción es una exploración del ser interior. (...) Los escritores llegan a conocer las cosas por medio de ciertas facultades que tienen. Eso es la vida interior. De eso están hechas las novelas, pero los escritores no sabemos cómo llegamos a ello. Creo que en parte se trata de un sentido de observación especialmente agudo que tenemos incluso desde la infancia.
El entendimiento agudo y sin grandeza, lo pincha todo, pero nada mueve.
Toda diplomacia es negocio; todo negocio es diplomacia, y ambos se fundan en un conocimiento penetrante de los hombres y en tacto fisiognómico.
¿Por dolorosa experiencia, hemos aprendido que la razón no basta para resolver los problemas de nuestra vida social. La penetrante investigación y el sutil trabajo científico han aportado a menudo trágicas complicaciones a la humanidad, creando los medios para su propia destrucción en masa. ¡Tragedia, realmente, de abrumadora amargura!
La prosa -puede especularse- es discurso; la poesía elipsis. La prosa se habla en voz alta; la poesía se escucha a hurtadillas. La primera es presumiblemente articulada y social, un idioma compartido, la voz de la comunicación; la otra es privada, alusiva, inquietante, tímida, idiosincrásica como la delicada tela de una araña, una especie de hechizo insondable para las mentes comunes.
Todos los artistas tienen en común la experiencia de la distancia insondable que existe entre la obra de sus manos, por lograda que sea, y la perfección fulgurante de la belleza percibida en el fervor del momento creativo: lo que logran expresar en lo que pintan, esculpen o crean es sólo un tenue reflejo del esplendor que durante unos instantes ha brillado ante los ojos de su espíritu.
Si no puedo mover el cielo, agitaré el mundo subterraneo
Estoy aburrido, soy la tierra rotulada en el otoño y la literatura es el gusano que roe el camino subterráneo por donde vendrá el agua para nutrir la cosecha del verano.