Me gustaría deshacerme de las ilusiones. A mí lo que me fascina es tratar de acercarme a lo real, pero no sabemos nada. Y hoy vivo entre el aburrimiento y la vergüenza de pertenecer a un género animal como el ser humano. Por eso me gustaría ser un elefante, pero salvaje, no dejarme de nadie; aunque la tortura continúa, dentro de la poca libertad que logré.
Yo propongo un aburrimiento en el cual uno se despereza voluptuosamente, por el cual uno bosteza de placer, completamente feliz de no tener nada que hacer, de dejar para más tarde lo que no es urgente. Se vive entonces en el sentimiento de la no urgencia
Es necesario que tu película despegue. La hinchazón y lo pintoresco le impiden levantar el vuelo.
Pero una noche, dos semanas después de que lo llevaron a la cama, Prudencio Aguilar le tocó el hombro en un cuarto intermedio, y él se quedó allí para siempre, creyendo que era el cuarto real.
Esa no es la manera como aceptamos a un campeón. No tengo problemas con que haga un espectáculo. Creo que debe mostrar más respeto a sus competidores y dar la mano, dar una palmada en el hombro después del final y no hacer gestos como el que hizo en los 100m