¡Ay madre! Cuando estemos satisfechos de comer, de hablar, de reírnos y maravillarnos, nos vamos cada uno a lo nuestro: yo a mi cama, donde distraído abro la esclusa intemporal del sueño, tú a tu tumba, donde susurra la hierba familiarmente con su voz de tiniebla y eternidad.
El Sevilla tiene 5 campos de hierba natural, 2 de césped artificial y no tiene 2 jardineros, sino 10 ó 12, que se dedican exclusivamente al Sevilla y, si tienen que venir un día de fiesta, vienen; y, si tienen que estar a las ocho de la mañana, están. Es lo que tienen los equipos grandes y por eso están donde están