Allie había mostrado gran entusiasmo al descubrir que su madre era gerente ejecutiva de la empresa. Mi mamá es gerente, decía a los padres de sus amigas, causando enorme impresión.
Reconozco que yo también creí que el futuro de Occidente podía depender del Nuevo Orden. Para muchos la democracia se había mostrado decepcionante y el Nuevo Orden traía nuevas esperanzas. A la vista de todo lo que pasó se trataba naturalmente de un gran error haber podido creer en ello. (...) Mi ingenuidad de aquella época rozaba la necedad, podríamos decir que incluso la estupidez.