A los que vienen hablando de que me voy a bajar de la candidatura, yo les digo: Ni lo piensen, no saben de la fibra de la que está hecho uno
La lluvia lo despertó, una llovizna lenta; tenía los pies enredados en espirales de fibra óptica desechada. El mar de sonido de la vídeo galería caía sobre él, retrocedía, regresaba.
¡Qué pequeña eres, brizna de hierba! Sí, pero tengo toda la tierra a mis pies.
[El LSD] Fue como abrir una puerta, realmente, y antes, uno ni siquiera sabía que esa puerta existía. Me abrió una conciencia nueva, distinta, incluso aunque estuviera, como dijo Aldous Huxley, en los maravillosos pliegues de los pantalones de gamuza gris. Desde ese mínimo concepto, hasta el hecho de que cada brizna de pasto y cada grano de arena son algo vibrante y latente.
La muerte es el enemigo. La muerte es contra lo que cabalgo con la espada envainada y el pelo flotando al viento
Una hora más tarde mi mente está henchida de júbilo, me impresionan todos los detalles: un velo aleteando en un sombrero, un pelo recogido que se suelta, dos ojos que se cierran por la risa y yo me conmuevo. ¡Qué día, qué día!