Dado que el sistema no se programaba, podían producirse resultados sorprendentes. Resultados jamás previstos por los programadores. Por eso podían parecerse a la vida misma.
De esas falsas teorías, la más notable es la doctrina de la protección a la industria nacional; frase que significa la prohibición o la restricción por medio de fuertes derechos de aduana, de aquellas mercancías extranjeras que pueden producirse en el país.