Hace tiempo iba a entrenarme a una pista de cross. En la entrada había un portero que me reconoció, me sonrió y empezó a hacerme mil preguntas: ¿Es usted Simoncelli? ¿El famoso piloto? ¿El que corre en MotoGP?. Yo le contesté orgulloso de mí: Sí, claro, soy yo. Él me contestó: Vale, son 30 euros.
Nunca fui un gran portero. Jugué en los juveniles, entrenaba con los profesionales, estaba en un equipo grande, pero no era un grandísimo portero. Tenía mucha ilusión y esfuerzo, pero no era un crack, ni un portero para la historia. Entonces no lo imagino