Sinónimos de guapa

Clara, bella y perfumada, era una tarde serena, de esas tardes en que el cielo todas sus galas ostenta, en que la brisa y la flor nos hablan con voz secreta, en que las bella inspiran, en que medita el poeta, en que el infame se esconde, en que el pueblo se recrea.

La muerte parecía bella en su bello rostro

Yo no sabría echarte de menos (soy un ladrón que robó dolor) y si te pierdo camino a casa ya te dije esto antes... linda mía, te voy a encontrar, te voy a buscar y te voy a encontrar...

Nada más gracioso ni más poético que aquella linda habitación perdida en un océano de verdura.

No hay luna más hermosa que la que se refleja en tu mirar

Legisladores, haced vuestras mancillas menos frecuentes si queréis disminuir la masa de crímenes; una nación que supo hacer un dios del Honor puede derribar sus cadalsos cuando le queda para dirigir a los hombres el freno sagrado de tan hermosa quimera...

El misterio es la cosa más bonita que podemos experimentar. Es la fuente de todo arte y ciencia verdaderos

Yo estoy, en escala del uno al cien, al cien, por completo. No me siento nerviosa ni desconfiada, mucho menos, insegura. Sé que los jueces buscan no sólo una cara bonita, sino una mujer de ideas largas, más que una bonita cabellera.

La combinación es una preciosa flor, nacida de la fantasía, del amor, del trabajo y de la lógica.

Piedra preciosa en su noche sangrienta, nuestra patria resplandece a lo lejos e ilumina su entorno... pero nosotros en ella nos ahogamos sin cesar.

La desigualdad no sólo es poco atractiva en sí misma; está claro que se corresponde con problemas sociales patológicos que no podemos abordar si no atendemos a su causa subyacente.

Siempre fue bella, pero, cuando la conocí, era tan bonita, inteligente y atractiva que tenía alrededor un centenar de moscones

Pero el pensamiento trajo poder y conocimiento y, ataviada con ellos, la raza del hombre asumió dignidad y autoridad.

Con los años nos salen arrugas, pero yo jamás salgo a la calle sino estoy arreglada

La mesa estaba puesta. Como siempre, la vista de la mesa arreglada para dos, dos personas solas, tan acabada, tan perfecta, que no dejaba lugar para un tercero, me producía un extraño y rápido estremecimiento.