La fuerza bruta me repugna se la dejo al nazi o al cani que resuelve cualquier pugna de la forma fácil
Allí conocí a mi mujer, Shirley [en la escuela de arte]. En esa época, finales de los cincuenta y principios de los sesenta, eran centros fascinantes en los que caímos todos los que no queríamos ser como los demás. Había gente muy interesante, de todas las clases sociales, y el ambiente era bohemio e increíblemente creativo.
Todo lo que hace la gente es tan...No sé...No erróneo, ni siquiera malo, ni estúpido necesariamente. Pero sí tan pequeño y sin sentido y...Que inspira tristeza. Y lo peor es que si se vuelve bohemio o algo chiflado, está siendo conformista como todos los demás, sólo que de un modo diferente.
Es indudable que el ser libre puede significar libertad para morir de hambre... El vagabundo que carece de dinero y que vive precariamente gracias a una constante improvisación es ciertamente más libre que el soldado que cumple el servicio militar forzoso, dotado de seguridad y relativamente bienestar.
El vagabundo que está llamando a tu puerta tiene puestas las ropas que tú llevaste una vez.
La ruborosa cara del cielo despierta el oasis para el nómada amor.
Caín sigue siendo la izquierda y Abel la derecha. Son los agricultores contra los pastores. Abel es el agricultor que cuida muchos sus frutos y la Biblia dice que para ofrecérselos al Señor; y Caín es el trashumante que cruza el mundo. Claro, siempre hay más revolución, más inquietud, más novedad, más progreso, en el hombre errante y aventurero que en el primer burgués que es Abel.