Yo soy pobre y se lastiman todos al verme plañir, sin ver son mías sus riquezas todas, que mina inagotable es el pedir
El curita con el sermón en el canal de la televisión luego la propaganda del celular con la mina con el poto al aire. El curita con la censura en cierto canal de televisión, luego la mina con las tetas operadas con la propaganda de cerveza.
Mientras haya una máquina de escribir, un papel, un micrófono, una plaza pública, un balcón o espacio para hablar aunque sea en la celda de una cárcel, seguiremos denunciando a los inmorales, especialmente cuando trafican con la necesidad social de los más pobres. Esa es la razón principal de nuestra existencia, como hombres, como periodistas y como ciudadanos.
Yo sueño con tu amor... Una infinita dulzura sube del florido huerto... ¿Por qué el ensueño de una margarita, hoja tras hoja mi saudade arranca, si en la penumbra del balcón abierto falta esta tarde tu silueta blanca?
Eres mi gran amor, aquel que tanto busqué y que por fin encontré. No te dejaré ir, porque en lo profundo de tus ojos puedo ver mi paraíso inmortal. Te amo por siempre, amor de mi vida
Aquella Eva que un día se descubrió a sí misma con horror completamente desnuda a la sombra del árbol de la ciencia ha tenido que darse una vuelta por toda la historia para poder volver al paraíso llena de fascinación con liguero de encaje.
Parezcámonos en algo a nuestro Rey, que no tuvo casa, sino en el portal de Belén adonde nació y la cruz adonde murió
¿Quién ha entrado en el portal, en el portal de Belén, no por la puerta y el techo ni el aire del aire, quién?. Flor sobre impacto capullo, rocío sobre la flor. Nadie sabe cómo vino mi Niño, mi amor
Con la mano vuelta montaña o manto, así debía converger en el estado antiguo de las cosas, por el este debía aparecer la gruta luego el aire hizo ascender la llama hacia su orilla siendo en matices que saltaba el pez venido desde el fondo.
En un primer momento, la gruta me pareció profundamente oscura. Los rayos solares parecían apagarse en ella por degradaciones sucesivas. Su vaga transparencia no era ya más que luz ahogada. El capitán Nemo entró en ella y nosotros le seguimos. Mis ojos se acostumbraron pronto a esas tinieblas relativas...