El ya no tenía ninguna esperanza, y su miedo de vivir se hacía más poderoso cuando pensaba que jamás tendría ilusiones, cuando obstinadamente fijos los ojos en un rincón de la estancia, reconocía que le era indiferente trabajar de lavaplatos en una fonda o de criado en un prostíbulo
Ahora veo que los alojamientos tienen hasta pileta de natación; digo yo: ¿para qué quieren a las mujeres, para hacerles el amor o para bañarlas?