Porque en general, cuando sos una porquería de persona te rodeás de personas de porquería. Entonces el círculo se cumple majestuosamente. Y cada uno tiene lo que merece.
Además, llevo dando vueltas bastante tiempo y me he dado cuenta de que quienes han de brillar, brillarán aunque tengan seis capas de porquería encima, mientras que los que no son relucientes, no relucen por mucho que les des con el paño.