Existe más de un sueño en cada vida. Tal vez existan tantos como años. Para mí el último es: <<Saber>>. Creo que es el más largo y el menos realizable
Cuando vio este nuevo libro sobre su mesa de noche, apilado sobre el que había terminado la noche anterior, estiró la mano automáticamente, como si leer fuera la primera y única tarea evidente del día, la única forma viable de negociar el tránsito del sueño al deber.
Filosofar es hacer viable y vivible la propia existencia allí donde nada es dado y todo debe ser construido.
La calumnia es siempre sencilla y verosímil
Yo doy a los personajes un lugar preponderante entre todos los elementos que se conjugan en una novela. Unos personajes que vivan de verdad relegan, hasta diluir su importancia, la arquitectura novelesca, hacen del estilo un vehículo expositivo cuya existencia apenas se percibe y son suficientes para hacer verosímil el más absurdo de los argumentos.
En verdad no hay en la naturaleza un conocimiento tan fácil y asequible que no pueda llenar todo el espacio de una vida.
La verdad, en todos los países, se encuentra siempre en el fondo de un pozo. Hay que sondar para ver a qué profundidad se halla. Sin embargo, creo muy discutible que sea más fácil descubrirla si hay libertad de prensa, e incluso que esta libertad exista. Hoy en día está supeditada en todas partes a los intereses de grupos económicos o políticos.
Para eso quieren las mesas que llaman de partidos: para cambiar el marco constitucional y que España deje de ser España. Y para eso quieren las sillas en los ayuntamientos vascos: para que ETA-Batasuna, con el disfraz que sea, reciba dinero y respaldo institucional de nuestra democracia y tenga así más fácil su trabajo de destruir España
Si no se me convence con testimonios bíblicos, o con razones evidentes, y si no se me persuade con los mismos textos que yo he citado, y si no sujetan mi conciencia a la Palabra de Dios, yo no puedo ni quiero retractar nada, por no ser digno de un cristiano hablar contra su conciencia. Heme aquí; no me es dable hacerlo de otro modo. ¡Que Dios me ayude! ¡Amén!
Para escribir este libro he usado el lenguaje mesurado y sobrio del testigo, no el lamentoso lenguaje de la víctima ni el iracundo lenguaje del vengador: pensé que mi palabra resultaría tanto más creíble cuanto más objetiva y menos apasionada fuese; sólo así el testigo en un juicio cumple su función, que es la de preparar el terrero para el juez. Los jueces sois vosotros.
La verdad es siempre increíble; no hay nada más creíble que la mentira