Ámese al hombre entusiasta y desinteresado.
Es necesario que el poeta se prodigue, con ardor, boato y liberalidad, para aumentar el fervor entusiasta de los elementos primordiales.
Tal era mi ferviente deseo de que tan solo un hombre se hubiese salvado: ¡Oh, si tan solo uno se hubiese salvado! Repetía una y mil veces: ¡Oh, si tan solo uno se hubiese salvado!
Es mi ferviente deseo y mi mayor ambición el dejar un trabajo con algunas instrucciones útiles para los pianistas futuros.