De los más viles crímenes que se pueden cometer, es el de despojar de la esperanza a un ser humano.
No queremos despojar a nadie de su abrigo, queremos devolver al trabajador todo lo que le permite explotarlo. Haremos todos los esfuerzos para que no le falte nada a nadie, para que ningún hombre se vea obligado a vender sus brazos para subsistir él y sus hijos. Así entendemos la expropiación y nuestro deber durante la revolución que esperamos para un futuro próximo
Tengo una hermosa mujer y una gran familia, tengo grandes amigos, mucho dinero un Ferrari al que acabo de quitar el techo y convertido en un descapotable, he ganado varios anillos, tengo dos mansiones al borde del agua, un master en justicia criminal, soy policía y además soy guapo.
El caer no ha de quitar la gloria del haber subido.
El deseo de ser recompensado por la creatividad de uno no justifica privar al mundo en general de toda o parte de esa creatividad.
Los hombres pasan y se terminan; las ideas se eternizan en la conciencia de las generaciones. Se puede a veces maniatar y hasta privar de la vida de los periodistas; pero siempre que esto sucede surgen otros hombres nuevos que ligados a la idea primitiva van haciendo una gigantesca cadena de pensamientos que al fin termina por ahogar toda actitud que no está fundada en la libertad, en el bien de la república, y en los imperativos categóricos de la moral, los cuales pueden ciertamente oscurecerse por mucho tiempo, pero no eternamente.
Señores, el lazo histórico entre el humanismo y la pedagogía explica el lazo psicológico que existe entre ambas. No hay que desposeer a los humanistas de su función de educadores..., no se les puede arrebatar, pues son los únicos depositarios de una tradición: la de la dignidad y belleza humana.
No hay que desposeer a los humanistas de su función de educadores..., no se les puede arrebatar, pues son los únicos depositarios de una tradición: la de la dignidad y belleza humana. En otras épocas, los humanistas reemplazaron a los sacerdotes que, en tiempos turbios y antihumanos, pudieron arrogarse la dirección de la juventud. Desde entonces, señores, no ha surgido otra clase de educador.