No es bueno que todo suceda como deseamos. Cuando todo nos sonríe en el mundo, nos apegamos a éste muy fácilmente y el encanto es muy fuerte. Por eso, y porque Dios nos ama, no permite que durmamos mucho y muy cómodamente en este lugar de destierro.
Todo libro es lo que su escritor es, pero está tan deformado por la imaginación que no puedes traducirlo fácilmente a tu peripecia cotidiana.