En los cuchillos y tenedores se habían pegado las lágrimas de mis enemigos ajusticiados, y al tintineo de los vasos se unían los sollozos de innumerables desgraciados; sin embargo, las estelas de las lágrimas me daban risa, mientras que los sollozos de desesperación adquirían un sonido musical a mis oídos. Necesitaba música para amenizar el banquete, y la tenía.
En el fondo la tradición no es más que una de las formas que podía revestir la historia pero sin los escollos de ésta. Cumple a la historia narrar los sucesos secamente, sin recurrir a las galas de la fantasía. Menos estrechos y peligrosos son los limites de la tradición. A ella, sobre una pequeña base de verdad le es lícito edificar un castillo
Intento adornar mi imaginación tanto como puedo.
Al cristianismo no se le debe adornar ni engalanar: él ha hecho una guerra a muerte a ese tipo superior de hombre, él ha extraído de esos instintos, por destilación, el mal, el hombre malvado — el hombre fuerte considerado como hombre típicamente reprobable, como hombre réprobo.
En tu vida, te encontrarás con muchas bandas mierda y mucha gente mierda, si alguno de esos hijos de puta te pone algún apodo, por tu forma de vestir o ser, quiero que lo mires a los ojos, levantes tu dedo del medio y le grites ¡VETE A LA MIERDA!, o al menos, eso haría yo.
Jugar el Caracas - Magallanes es un clásico que nunca podrás olvidar como pelotero, pero vestir la camisa de las Águilas y jugar La Chinita es un privilegio