-A mí nunca me han gustado los gatos. -A mí sí -terció Dorothy-. Son muy independientes. Los perros son demasiado buenos y generosos; me hacen sentir incómoda. Pero los gatos son terriblemente humanos.
Creéme, no es de sabios decir: 'Viviré'. Mañana es ya demasiado tarde: vive ya