El cartero quiere un autógrafo. El conductor del taxi quiere una foto. La camarera quiere un apretón de manos. Todo el mundo quiere un pedazo de ti.
Con el puño cerrado no se puede intercambiar un apretón de manos.
Que tu cuerpo y tu alma vital estén unidos en un abrazo sin separación
Perdóname lector, amistoso lector que no me pueda despedir de ti, con un abrazo fiel: me despido de ti con una triste sonrisa forzada.