Toda la estructura de la biología ortodoxa aún sostiene que la vida se produjo gracias al azar. No obstante, a medida que los bioquímicos profundizan en sus descubrimientos acerca de la tremenda complejidad de la vida, resulta evidente que las posibilidades de un origen accidental son tan pequeñas que deben descartarse por completo. La vida no puede haberse producido por casualidad
Ninguna actividad humana guarda una relación más universal y constante con el azar como la guerra. El azar, juntamente con lo accidental y la buena suerte, desempeña un gran papel en la guerra.
El ser humano que quiere alcanzar la perfección debe mantener la serenidad y la calma, sin permitir que una pasión o un deseo circunstancial se entrometa en su espíritu.
No suceden en ningún lugar de hecho, y no es por una actitud de universalidad, de llegar a más lectores: es sólo que yo estoy preocupado por causas más fundamentales, por ello retiro todo lo circunstancial e inmediato.
La vida es una ininterrumpida e intermitente sucesión de problemas que sólo se agotan con la muerte.
Y así he vuelto. Debí permanecer largo tiempo insensible sobre la máquina. La sucesión intermitente de los días y las noches se reanudó, el sol salió dorado de nuevo, el cielo volvió a ser azul. Respiré con mayor facilidad.
Sé que aguantarán a estas altas horas de la noche el momento de publicidad ya que al regreso tenemos un especial del salón del cine erótico de Barcelona...
Mi cuerpo es, de cierto modo, un diario. Como sucedía con los marineros donde cada tatuaje significaba algo, un período especial de tu vida que dejas marcado en tu piel, ya sea con un cuchillo o con un tatuador profesional