Vivimos un modelo social cambiante, con la reducción inevitable de las audiencias de los medios tradicionales ante Internet y el mundo digital. La presión de la inmediatez, el miedo que suscitan los cambios venideros no puede, ni debe, hacernos olvidar el compromiso inquebrantable que tenemos con la verdad, a pesar de que esta duela o no venda periódicos.
Ellos dicen que nosotros deberíamos estar muertos. Y nosotros decimos que queremos estar vivos. Entre la vida y la muerte, yo no conozco ningún compromiso