El miedo es parte del juego, pero el tráfico en Brasil es mucho más peligroso que un circuito de Fórmula 1.
Julio. Algunos empezaban ya a estar asqueados de la curia romana. Iban pregonando que todo estaba manchado por doquier con ganancias vergonzosas, con placeres desorbitados y nefandos, con envenenamientos, con sacrilegios, asesinatos y tráfico simoníaco.