En la sociedad, el hombre sensato es el primero que cede siempre. Por eso, los más sabios son dirigidos por los más necios y extravagantes.
Es estúpido quien confiese temer la muerte no por el dolor que pueda causarle en el momento en que se presente, sino porque, pensando en ella, siente dolor: porque aquello cuya presencia no nos perturba, no es sensato que nos angustie durante su espera.
Y miren... a la santa iglesia de Nuestra Señora de Guadalupe, que está en lo de Tepeaquilla, donde solía estar asentado el real de Gonzalo de Sandoval, cuando ganamos a México, y miren los santos milagros que ha hecho y hace de cada día...
No puede ser calificado de noble quien desconoce la voluntad del cielo, no puede estar asentado sobre una base firme quien ignora las leyes de las conveniencias («li»); no puede conocer a los hombres quien no entiende de las palabras de ellos.
Para escribir este libro he usado el lenguaje mesurado y sobrio del testigo, no el lamentoso lenguaje de la víctima ni el iracundo lenguaje del vengador: pensé que mi palabra resultaría tanto más creíble cuanto más objetiva y menos apasionada fuese; sólo así el testigo en un juicio cumple su función, que es la de preparar el terrero para el juez. Los jueces sois vosotros.
El carácter humano es como una balanza: en un platillo está la mesura, y en el otro la audacia. El mesurado tímido y el audaz indiscreto son balanzas con un brazo, trastos inútiles.
El desarrollo tecnológico, controlado por un reducido número de grupos privados, ha llevado al Estado capitalista al cenit de su potencia; pero, al mismo tiempo, a un punto álgido de la crisis de ese tipo de Estado.
Bienvenido a la raza humana. Nadie controla su propia vida, Ender. Lo más que puedes hacer es elegir ser controlado por personas buenas, por personas que te quieran.
Sin la subestimación de las dificultades de nuestra situación, la tragedia de los desempleados, la carga penosa de los impuestos, la lucha ardua y dolorosa de ésos empleados en comercios e industrias, de todos modos estamos libres de ese miedo. Ese miedo que las cosas van a ser peores. Debemos nuestra libertad de ese miedo al hecho de que hemos compensado nuestros sueños y realidades.
Las palabras favoritas de esta cultura son productividad, innovación y competitividad. Somos muy poderosos en técnica y muy ignorantes y faltos de sabiduría. El exceso de ciencia no está compensado por la manera de usarla.
La desviación del hombre respecto del estado en que se hallaba originalmente en la naturaleza parece haberle proporcionado una fuente prolífica de enfermedades
Observa la moderación: lo proporcionado es lo mejor en todas las cosas
... la grandeza consiste ni más ni menos en el funcionamiento armonioso de las facultades de la cabeza y del corazón...
Se sintió orgulloso y feliz entonces: feliz de estar con ella, orgulloso de su gracia y su porte señorial. Pero ahora, después de reavivar tantos recuerdos, el primer contacto con su cuerpo, armonioso y extraño y perfumado, produjo en él un agudo latido de lujuria.
Pequeña patria, dulce tormenta mía, canto ubicado en mi garganta desde los siglos del maíz rebelde: tengo mil años de llevar tu nombre como un pequeño corazón futuro cuyas alas comienzan a abrirse a la mañana.
Ha tratado de acercar la historia al espectador, desde el cambio de escenario hasta el cambio de nombres. Ha ubicado la acción en un sitio muy caluroso y agobiante, estamos rodeados de selva y parece que no hay escapatoria
Si es una chica de tipazo despampanante, pero tiene un carácter inaguantable, insufrible, arreglado estás. Si fuma con mucho estilo y baila como un trompo, pero no sabe coser un botón ni hacer una tortilla, arreglado estás. El día que te cases, ¿qué vas a hacer?
-¡Anda ya! Vete a cagar. Ganas y te comportas así, gilipollas. Vences y te comportas así. Tienes que aprender- (posteriormente) Yo estaba un poco nervioso. Fernando se disculpó por las palabras y ya está todo arreglado
Sólo el desarrollo armónico y congruente de un grupo humano constituye un progreso cierto. Porque cuando el desarrollo obedece a una importación imprevista, súbita y transitoria, su nombre es otro. Es colonización
Y en la dulcísima calma, de tu armónico embeleso, sentirás el tierno beso...De quien por vida te ama.
Acércate y contempla las palabras. Cada una tiene mil rostros secretos bajo el rostro neutro y te pregunta, sin interés por la respuesta, pobre o terrible, que le dieras: ¿Trajiste la llave?
No es fácil encontrar muchos hombres que sepan lo que quieren. Por eso lo primero que ha de surgir de una apreciación es: ¿Qué Quiero hacer? Ese es el objetivo. Esa es la finalidad para la cual uno trabaja. Se coloca el objetivo y entonces se extraen todas las conclusiones mirando el objetivo y cuáles son las que han de servir a ese objetivo.
A menudo, cuando intentamos alcanzar un objetivo en particular, en el intento por conseguirlo nos encontramos con otros que derivan de la búsqueda de las primeros
No puede decirse que lo razonable sea siempre bello; pero lo bello es siempre razonable.
Mientras más examinamos el universo, descubrimos que de ninguna manera es arbitrario, sino que obedece ciertas leyes bien definidas que funcionan en diferentes campos. Parece muy razonable suponer que haya algunos principios unificadores, de modo que todas las leyes sean parte de alguna ley mayor
Arquímedes, dijo: Dadme un punto de apoyo y levantaré el mundo. De igual modo puedo decir, también, a la clase obrera: Dadme el sufragio universal e igualitario y se habrá conseguido el principio social que es requisito fundamental de la liberación.
Si este... tampoco me como la pastilla, no caigo en la poesía, porque hay una izquierda que se olvidó de discutir en la lucha por el poder y ahora se entretiene discutiendo el matrimonio igualitario
Toda manifestación positiva de la vida es agresiva. Gran parte de la perniciosa inhibición de la agresividad que sufren nuestros niños obedece a la equiparación de agresivo con perverso
Y hay que caminar hacia la hora perfecta con la cabeza erguida y el ritmo justo que da compás a los sueños...
Muy bueno y muy justo es que los hombres amen a sus mujeres y que les den gusto en todo cuanto no se oponga a la razón; pero no que las contemplen tanto que, por no disgustarlas, atropellen con la justicia, exponiéndose ellos y exponiendo a sus hijos a recoger los frutos de su imprudente cariño.