Les aterra oír que a los maketos se les debe despachar de los pueblos a pedradas. ¡Ah, la gente amiga de la paz! Es la más digna del odio de los patriotas.
Si todos los ricos y toda la gente de la iglesia enviaran a sus niños a las escuelas públicas se sentirían obligados a destinar su dinero en mejorar estas escuelas hasta que alcanzaran los estándares más altos...
Uno nunca debe dirigir a las personas hacia la felicidad, porque la felicidad es también un ídolo del mercado. Uno debe dirigir hacia ellos el afecto mutuo
Precisamente para dirigir al proletariado y al semi-proletariado de la ciudad y el campo, los Bolcheviques consideraban necesario distinguirse agudamente de todas las fracciones y agrupamientos de la burguesía, comenzando por aquellos falsos socialistas que en realidad eran agentes de la burguesía.
Les aterra oír que a los maketos se les debe despachar de los pueblos a pedradas. ¡Ah, la gente amiga de la paz! Es la más digna del odio de los patriotas.
El líder capaz, entrena su suplente el cual puede delegar a voluntad cualquier detalle de su posición. Sólo de esta manera un líder se multiplica y se prepara para estar en muchos lugares y dar atención a muchas cosas al mismo tiempo.
Ningún hombre puede delegar ningún derecho de dominio arbitrario sobre sí mismo; porque eso supondría esclavizarse. Llamar a un contrato así constitución o por otro nombre sonoro no altera su vaciedad y dislate
Les aterra oír que a los maketos se les debe despachar de los pueblos a pedradas. ¡Ah, la gente amiga de la paz! Es la más digna del odio de los patriotas.
Lo peor que le puede pasar a un religioso es una doble vida, sea rabino, cura o pastor. En una persona común, puede suceder que tenga su hogar acá y su nidito allá y que no parezca tan condenable, pero en un hombre religioso es absolutamente condenable.
La profundidad de una persona no se mide por la huella que deja al pasar sino por la distancia que abarca su mirada.
La civilización no consiste en exportar mucho, ni en caminar de prisa, ni en escribir con ortografía. Consiste en la dulzura de las costumbres, en el amor y en la tolerancia, en la elevación nativa de los sentimientos y de las ideas.