Para un viejo anarquista como yo, que cree en la propiedad egoísta de Stirner y en la mónada autista de Leibniz, el mundo no es más que un tonto y entrometido auditorio que cree que está en un happening cuando ocurre un monólogo
El carácter humano es como una balanza: en un platillo está la mesura, y en el otro la audacia. El mesurado tímido y el audaz indiscreto son balanzas con un brazo, trastos inútiles.
Hay tres cosas que es indiscreto manifestar: el ingenio en presencia de todos, la riqueza delante de los pobres y la alegría frente a los que lloran.
Periodista es ese tipo que escribe a toda velocidad de cosas que generalmente ignora y lo hace de noche y la mayoría de las veces cansado o borracho y que no teniendo talento para ser escritor ni coraje para ser policía se queda sólo en un chismoso o en un simple confidente.
Ha llegado la época de la independencia americana, nadie puede evitarla. La España está perdida y si nos dejamos llevar por infundados recelos seremos presa del primer advenedizo que quiera subyugarnos.
Así es el ser humano. Comenzad a alabarlo y entonces ya podéis hacer con él lo que se os venga en gana, pues os lo habéis metido en el bolsillo
Ahora quiere usted que yo especule sobre sus actividades. Yo diría que está metido en el negocio de la droga, Ordell, si no fuera porque el dinero iba en dirección contraria. Podría llamar a la oficina del sheriff, hacer que comprueben su historial...
Es chistoso que la crítica esté tan desconectada del público, a quien debería estar prestando un servicio.
La gente que ve un dibujo en The New Yorker piensa automáticamente que es chistoso porque es una caricatura. Si lo ve en un museo, piensa que es artístico; y si lo encuentra en una galleta de la suerte, piensa que es una predicción.
Es un entreverado loco, lleno de lúcidos intervalos.