¿De dónde surgen las pasiones repentinas de un varón por una mujer, las pasiones hondas, entrañables? De lo que menos, de la sola sensualidad; pero cuando el varón halla juntos en una sola criatura el desamparo, la debilidad y, a la vez, la altanería, en su interior es como si su alma quisiera desbordarse: queda conmovido y ofendido en un mismo instante. En ese punto brota la fuente del gran amor.
La idea de ir a Italia se le aparecía aún más oscura cuando consideraba la tumultuosa situación de aquel país, conmovido por revueltas civiles, en las que cada pequeño estado estaba en guerra con sus vecinos y todos los castillos en peligro de ser atacados por invasores.