... fuera de la mente, no existe nada que sea sagrado o profano o impuro en sentido absoluto, sino sólo en relación a ella.
Artículo cuarto. — La predicación de la castidad es una incitación publica a la contranaturaleza. Todo desprecio de la vida sexual, toda impurificación de la misma con el concepto de impuro es el autentico pecado contra el espíritu santo de la vida.