¿Por qué me enfado cuando alguien me critica y me alegro cuando me alaba? Tanto las criticas como las alabanzas son meras palabras vacías, como un eco en una cueva.
Es un necio quien no puede enfadarse; pero es un sabio quien no se enfada, pues el enfado nada compone y sólo castiga al mismo que se enfada
Puedes romper con tus padres, con tus maridos, pero no puedes romper con tus cachorros, y eso te deja inerme entre sus manos, y causa cierta molesta irritación
Ser celoso es el colmo del egoísmo, es el amor propio en defecto, es la irritación de una falsa vanidad.
La envidia es la ira de los pusilánimes.
Un día todo irá bien: he aquí nuestra esperanza. Todo va bien hoy: he aquí la ilusión.
Ese ingenio que tienen esas gentes, que se ve por ejemplo en los narcos, si se aplicara bien y a buenos fines, ¿Qué no serían capaces de conseguir? Pobre gente, qué pena, por eso me da esa furia tan grande
Recuerdo que el amor era una blanda furia no expresable en palabras. Y mismamente recuerdo que el amor era una fiera lentísima: mordía con sus colmillos de azúcar y endulzaba el muñón al desprender el brazo. Eso sí lo recuerdo.
...si usted es capaz de temblar de indignación cada vez que se comete una injusticia en el mundo, somos compañeros, que es más importante.
En estos días, que con indignación y vergüenza, tenemos que comprobar que vivimos tremenda crisis de los principios éticos, en la que la tabla de valores está invertida: se silencia de virtud, se pospone el mérito, se premia el servilismo y la vergonzosa incondicionalidad. He allí la principal causa de nuestra crisis política.
Fue en España donde mi generación aprendió que uno puede tener razón y ser derrotado, golpeado, que la fuerza puede destruir el alma, y que a veces el coraje no obtiene recompensa.
Hay sólo dos clases de libertad en el mundo; la libertad del rico y poderoso, y la libertad del artista y el monje que tienen el coraje de renunciar a las posesiones.
Innumerables parejas experimentan al mismo tiempo la necesidad de estrangularse y la de degustar juntos un buen cocido. En este caso, el odio y la gula llegan a una síntesis y todo queda reducido a devorar ese plato con el tedio consabido, cuya manifestación es ese silencio de familia que puede durar toda la vida hasta transformarse en una buena amistad.
Al igual que el amor es mi arma para abrir los corazones de los hombres, el amor es también mi escudo para repeler las flechas de odio y las lanzas de ira.
Asegurando que el Señor ciertamente desplegará su desagrado contra la Liga o Sociedad de Naciones porque el clero -católico y protestante- que alega representar a Dios, ha abandonado el plan de él y ha apoyado a la Sociedad de Naciones, aclamándola como una expresión política del reino de Cristo en la Tierra.
El sentimiento de compasión está en la base del amor al prójimo. El sentimiento de vergüenza y desagrado está en la base de la rectitud. El sentimiento de gratitud y modestia está en la base de la corrección y los sentimientos de aprobación y desaprobación están en la base de la sabiduría.
El pesar oculto, como un horno cerrado, quema el corazón hasta reducirlo en cenizas.
A Barrionuevo no habría que cesarle por estar consintiendo acciones irregulares en el sur de Francia, sino por cosechar tan pocos éxitos, a pesar de la infinita buena voluntad con que ejerce el cargo. ¿Existe alguna fuerza política o social de cierta relevancia dispuesta a reclamar la cabeza de González por esta circunstancia? Desde luego que no. 23 de octubre de 1983
El viaje se transforma en una estrategia para acumular fotografías. La actividad misma de fotografiar es tranquilizadora, y atempera esa desazón general que se suele agudizar en los viajes.
Nuestras ilusiones no tienen límites; probamos mil veces la amargura del cáliz y, sin embargo, volvemos a arrimar nuestros labios a su borde.
Justo es aquello que es igual en el amor y en el sufrimiento y en la amargura y en la dulzura, [justo es] aquel a quien no lo estorba ninguna cosa para hallarse [como] uno en la justicia.
Vivir cerca de personas cuya condición representa un reproche ético permanente es una fuente de incomodidad incluso para los ricos.
Yo no soy Jesucristo García, a mí no vienen a verme los enfermos, a mi viene a verme la gente sana y yo los pongo a todos ciegos.
Una mente sana en un cuerpo sano, es una descripción corta pero completa de un estado feliz en este mundo.
Soy un efímero y no demasiado descontento ciudadano de una metrópoli creída moderna porque todo gusto conocido ha sido evitado en los mobiliarios y en el exterior de las casas así como en el trazado de la ciudad.
La moderación, la tolerancia y la justicia rigen el corazón y desarman el descontento