No vengo con ánimo de látigo pero si tengo que decidir lo haré y hoy mejor que mañana porque todo problema que no se arregla se pudre y es mejor decidir y equivocarse que no hacer nada.
El Leñador de Hojalata sabía muy bien que no tenía corazón, razón por la cual se esforzaba más que todos por no ser cruel con nada ni con nadie. Ustedes los que poseen corazón tienen algo que los guía y no necesitan equivocarse manifestó; pero yo no lo tengo y por eso debo cuidarme mucho. Cuando Oz me dé un corazón, entonces ya no me preocuparé tanto.