Aprende, pues, a sujetarte prontamente a tu superior, si deseas tener tu carne sujeta. Porque tanto más presto se vence el enemigo exterior, cuanto no estuviere debilitado el hombre interior
El vengarse prontamente es delito.
Lo difícil se aprende enseguida y lo hermoso nos cuesta la vida.
El extraño enseguida reconoce los defectos, los méritos mucho después.