La felicidad es una condición imaginaria, antiguamente atribuida por los vivos a los difuntos, ahora atribuida usualmente por los adultos a los niños, y por los niños a los adultos.
A causa de los cambios en las condiciones industriales, el artista se ha puesto al lado de las corrientes principales del interés activo. La industria se ha mecanizado y el artista no puede trabajar mecánicamente para la producción en masa. Está menos integrado que antiguamente en la corriente normal de los servicios sociales.