La oposición es el arte de estar en contra tan hábilmente que, luego, se pueda estar a favor.
Yo no estoy en contra de las drogas, pueden ser instrumentos valiosos para el conocimiento del mundo y de nosotros mismos. Lo que no soporto es el uso recreativo de sustancias peligrosas: hemos perdido el respeto por sus poderes. Las drogas son sacramentos y deben ser tomadas como parte de rituales sagrados, igual que en la antigüedad o en las tribus indias.
Ir contracorriente y resistir a los ídolos de la sociedad contemporánea forma parte de la misión de la Iglesia.