Un hombre escribe para expulsar el veneno que ha acumulado debido a su estilo de vida falso. Está intentando recapturar su inocencia, pero todo lo que logra hacer (escribiendo) es inocular el mundo con un virus de su desilusión. Ningún hombre pondría una sola palabra en un papel si tuviera el coraje de vivir aquello en lo que creía.
Hablar de nacionalidades oprimidas perdonadme la fuerza, la dureza de la expresión- es sencillamente una mentecatada; no ha habido nunca semejante opresión, y lo demás es envenenar la Historia y falsearla
Muamar Gadafi no es una persona normal a la que se pueda envenenar o contra la que se pueda llevar a cabo una revolución.