Lo más complicado de ser famoso es que la gente siempre es buena contigo. Estás en una conversación y todo el mundo está de acuerdo contigo, aunque estés diciendo una completa locura. Se necesita gente que te diga lo que no quieres escuchar.
Dios es un pobre diablo, con un problema demasiado complicado para sus fuerzas. Lucha con la materia como un artista con su obra. Algunas veces, en algún momento logra ser Goya, pero generalmente es un desastre.