La masa -y vivimos, según se nos dice, en una sociedad de masas- continúa necesitando -tal vez más que nunca- el amor como artículo de consumo de primera necesidad.
La resistencia de los líderes empresariales a una política de gasto gubernamental se agudiza cuando consideran los objetos en que se gastaría el dinero: inversión pública y subsidio al consumo masivo.