La vanguardia no pasa por pretender delimitar la verdad, sino por no contarnos más mentiras los unos a los otros
¿Será verdad hasta cierto punto que no hay frontera definitiva entre lo bueno y lo malo? Obviamente, se trata de una cuestión de grado, pero tampoco estoy convencido de que la diferencia entre los buenos y los malos sea tan ambigua, como creería mucha gente ordinaria. Hay criterios que nos posibilitan delimitar claramente las dos categorías.
Se ha hecho una virtud de la moderación para limitar la ambición de los grandes hombres y consolar a los mediocres de su poca suerte y escaso mérito.
El Estado es nuestro enemigo. Un Estado sin limitaciones es el peor enemigo del hombre; por eso tenemos que luchar, para limitar los poderes del Estado.
¿Cuántos años me golpean de pronto, desgarrándome, fulminándome al revivir con toda la contundencia de lo que está mal hecho el día en que mi moto me hizo conocer la decepción y el miedo y la vergüenza? Era una scooter de color vino tinto y hoy no puedo precisar con exactitud en qué oscuro garaje o en qué manos o en qué lugar de mi memoria se extravió
No tengo la pretensión de ser un escritor. Quien dice escritor dice, casi siempre, novelista y, ¡por Dios!, el misterio del Cuarto Amarillo está lo suficientemente cargado de trágico horror real como para precisar de la literatura. No soy y no quiero ser más que un fiel cronista.
Cada hombre debe restringir y limitar más su conocimiento a fin de competir con otros. El especialista sabe más y más sobre menos y, por último, sabe todo sobre nada.
¿Será verdad hasta cierto punto que no hay frontera definitiva entre lo bueno y lo malo? Obviamente, se trata de una cuestión de grado, pero tampoco estoy convencido de que la diferencia entre los buenos y los malos sea tan ambigua, como creería mucha gente ordinaria. Hay criterios que nos posibilitan delimitar claramente las dos categorías.
La vanguardia no pasa por pretender delimitar la verdad, sino por no contarnos más mentiras los unos a los otros
El peronismo es más que un partido. No lo disuelven por decreto ni lo amansan por intimidación. No llamamos a ninguna aventura desesperada. Llamamos a la lucha, que comienza por esclarecer las conciencias, proclama las verdades y hablar por los que callan cuando debería orientar a la masa.
Dejemos esclarecer por el tiempo las dudas. La fortuna conduce al puerto muchos barcos sin piloto.
Marx y Engels fueron los primeros en dilucidar en sus obras científicas que el socialismo no es una invención de soñadores, sino la meta y el resultado ineluctable del desarrollo de las fuerzas productivas en la sociedad contemporánea. Toda la historia escrita ha sido hasta ahora la historia de la lucha de clases, la sucesión del dominio y las victorias de unas clases sociales sobre otras.
He ido en pos de lo vivo por los caminos más anchos y más angostos, para dilucidar su naturaleza.
La sabiduría de los que gobiernan es zanjar las decisiones en función de la regla que indica qué es lo que se debe hacer.
Si colaboramos, podemos zanjar este desacuerdo y consolidar un medio ambiente sano y una economía pujante. Pero este es el momento de actuar. No hay otros Everglades en el mundo.
Parecía, por lo menos, que no le habían enseñado a mentir. Pero tampoco le habían enseñado a distinguir la verdad de la mentira.
Las faltas y pecados del hombre débense a la substancia del cuerpo y no a su forma; en cambio, todas las perfecciones se deben exclusivamente a la forma. Así el conocimiento de Dios, la concepción de las ideas, el dominio de pasiones y deseos, la facultad de distinguir lo que debe preferirse y lo que debe rechazarse, todo eso, el hombre lo debe a su forma o Idea.