Cuando te sientes agobiado por la melancolía, lo mejor es salir y hacer algo amable por alguien.
Muchas cosas pueden convertirse en fardos, en cargas, si nos aferramos a ellas ciega e inconscientemente. Por ejemplo: quien haya cometido errores, puede sentirse irremediablemente agobiado por ellos y caer en el abatimiento; el que no haya incurrido en errores, puede creerse irreprochable y volverse vanidoso.
Ningún pueblo abrumado de impuestos es apto para dominar
El talento es el medio más seguro de falsearlo todo, de deformar las cosas y de equivocarse acerca de uno mismo. Sólo poseen una existencia verdadera aquellos a quienes la naturaleza no ha abrumado con ningún don. Sería por ello difícil de imaginar un universo más falso que el universo literario, o un hombre más desprovisto de realidad que el hombre de letras.
Todo lo miserable, lo sufre que de sí mismo, lo atormentado por malos sentimientos, el entero mundo-ghetto del alma, ¡de un golpe, encumbrado! — Basta leer a cualquier agitador cristiano, a San Agustín, por ejemplo, para comprender, para oler qué sucia pandilla se encumbró de ese modo.
Vivir atormentado de sentido, creo que ésta sí, es la parte más pesada.
Un profeta, como podríamos usar de nuevo hoy, fuerte, celoso, enojado y triste, en oposición a los dirigentes, las masas, verdaderamente todo el mundo.
Sí, no me gusta el hinduismo. El hinduismo no es nuestro, está en contra de nosotros. Si tenemos que llegar a ser hindúes, los brahmanes tendrá que cambiar los textos completos religiosos, nuestros hábitos alimenticios, nuestros dioses y diosas y las imágenes. Estoy enojado con los dioses hindúes.
Estábamos preparados para ello. Estaba disgustado un poco, diría yo, pero he visto cada foto que fue ELEGIDA y están todas las fotos maravillosas. Se me ocurre pensar en que Avatar es lo mejor en lo que puedes perdonarme.
Creo que Jesús estaría disgustado de que ignoremos la desgracia de aquellos a nuestro alrededor que sufren y de que nos centremos en nuestras propias necesidades egoístas a corto plazo. Creo que estaría descorazonado, en realidad.
La forma en la que ella permanecía frente a mí, como la auténtica personificación de la belleza, con su cabello lacio, me hacía sentir consternado e impotente ante su hechizo.
Hago saber a los paisanos criollos, que viendo el yugo fuerte que nos oprime con tanto el pecho, y la tiranía de los que corren con este cargo sin tener conmiseración de nuestras desdichas y exasperado de ellas y de su impiedad, he determinado sacudir este yugo insoportable y contener el mal gobierno que experimentamos de los jefes que componen estos cuerpos
Me decidí a mentir, pero, eso sí, con más honestidad que los demás, ya que hay un extremo sobre el cual diré la verdad, y es que voy a contar mentiras.
La condición del indígena puede mejorar de dos maneras: o el corazón de los opresores se conduele al extremo de reconocer el derecho de los oprimidos, o el ánimo de los oprimidos adquiere la virilidad suficiente para escarmentar a los opresores.
Cuando el sentimiento de melancolía bovina, de irremediable fatalismo se transforma en un lacerante sentido del horror, el arbusto del opio del optimismo acude en ayuda de los hombres
El silencio puede ser, entonces, tanto el corolario excelso de la lucidez como la bruma irremediable en la que se diluye la aptitud y a veces la necesidad de articular una idea o una emoción con la que dejar atrás el mundo de lo previsible y codificado.
Esa incertidumbre relativa sobre el acontecer histórico futuro quiebra el marco rígido e inflexible de las predicciones necesarias para abrirnos un horizonte de alternativas y de posibilidades quizás prometedoras. Pero ese horizonte adolece de una debilidad inevitable: su irreparable precariedad
Nada ni nadie puede compensar a las numerosas víctimas de la lacra terrorista por la irreparable pérdida de sus vidas, por el sufrimiento que genera sus heridas o por la dolorosa huella que dejan sus cicatrices.
Los deseos se estrellan contra la inexorable inercia del silencio.
El camino más largo tiene su fin; la noche más lúgubre acaba con la llegada de la mañana. El paso eterno e inexorable del tiempo siempre acerca el día de los malvados hacia la noche eterna y la noche de los justos hacia el día eterno.
Sé que se enamoraron como dos locos, pero no pudieron formar una familia. ¿Por qué? Porque venían de mundos opuestos. Él era de Miraflores y ella de La Victoria, y en la Lima de ese entonces la distancia social entre ambos era insalvable (...) Solo cuando llegó el otoño de su vida, con la salud resquebrajada, mi padre se instaló definitivamente en la casa
En otros tiempos los marxistas pensábamos que, llegado a un cierto techo, el sistema capitalista se convertía en un obstáculo casi insalvable para su desarrollo. Pero la práctica ha demostrado que la ley del progreso humano rompe, por unos u otros caminos, los corsés del sistema social.