Cuidado, no sea que los velos de la gloria os impidan beber de las aguas cristalinas de esta Fuente viva. Tomad, en este amanecer, el cáliz de salvación en el nombre de Quien hace despuntar el Día, y bebed a plenitud en alabanza de Quien es el Todoglorioso, el Incomparable.
Quisiera ser como el pájaro que al despuntar la mañana, despierta y le canta al mundo el canto de una esperanza.