Como todos, pierdo mucho más que lo que gano. Entonces esa identificación del ganador de turno con los valores es una trampa, una gran trampa porque se venden valores a través de alguien que acaba de ganar. Entonces el que escucha está tironeado por dos extremos: un extremo son los valores, y el otro extremo es el triunfo. La confusión que genera es que el destinatario del mensaje cree que si aplica determinados valores va a tener éxito, y eso no es cierto, ni es conveniente ni aconsejable.
Escribir una carta es enviar un mensaje al futuro; hablar desde el presente con un destinatario que no está ahí, del que no se sabe cómo ha de estar (en qué ánimo, con quién) mientras le escribimos y, sobre todo, después: al leernos. La correspondencia es la forma utópica de la conversación porque anula el presente y hace del futuro el único lugar posible del diálogo.
¿Por qué se llama Ming?, dijo el Archicanciller. El tesorero dio un golpecito al recipiente. Hizo ming.
La Corona me instituye en custodio de los intereses de todos.
Cuando recibo a los políticos, algunos vienen bien, con buena intención y compartiendo la visión de la Doctrina Social de la Iglesia. Pero otros llegan solo para buscar lazos políticos. Mi respuesta siempre es la misma: la segunda obligación que tienen es dialogar entre ellos. La primera es el custodio de la soberanía de la Nación, de la Patria.
Y aunque yo fuera una bestia descarriada, incapaz de comprender al mundo que la rodea, no dejaba de haber un sentido en mi vida insensata, algo dentro de mí respondía, era receptor de llamadas de lejanos mundos superiores, en mi cerebro se habían animado mil imágenes. ** Hermann Hesse, El lobo estepario,1927
El arte es eso. Es colocar en el destinatario de la obra elementos para que él recree la creación del artista. Cuando los destinatario son muchos, el artista es famoso. Cuando son pocos, el artista es menos famoso, pero no menos artista.
Como todos, pierdo mucho más que lo que gano. Entonces esa identificación del ganador de turno con los valores es una trampa, una gran trampa porque se venden valores a través de alguien que acaba de ganar. Entonces el que escucha está tironeado por dos extremos: un extremo son los valores, y el otro extremo es el triunfo. La confusión que genera es que el destinatario del mensaje cree que si aplica determinados valores va a tener éxito, y eso no es cierto, ni es conveniente ni aconsejable.
Cuando recibo a los políticos, algunos vienen bien, con buena intención y compartiendo la visión de la Doctrina Social de la Iglesia. Pero otros llegan solo para buscar lazos políticos. Mi respuesta siempre es la misma: la segunda obligación que tienen es dialogar entre ellos. La primera es el custodio de la soberanía de la Nación, de la Patria.
La Corona me instituye en custodio de los intereses de todos.
El artista es el confidente de la naturaleza, las flores realizar diálogos con él a través de la elegante flexión de los tallos y la armonía de los matices de sus flores.
Y es que después del amigo íntimo, el perfecto desconocido es el confidente ideal.