Nunca he conocido a un gran líder que no fuese apasionado. Cuando digo apasionado no me estoy refiriendo a que tenga que gritar y ser carismático. Muchos líderes son más bien tranquilos; sin embargo, cuando les oye hablar, usted puede sentir su pasión.
Las ideas no son perceptibles por nuestros sentidos sino que sólo las había conocido el alma estando separada del cuerpo y que, al unirse a él en el nacimiento, las olvidaba