No se conoce a Albéniz si se prescinde del duende de su ritmo. Y no se puede interpretar a Albéniz si no se conoce a fondo la humanidad, el orgullo, la pasionalidad, el dolor del pueblo español.
No puedes simplemente poner algo nuevo en un lugar. Tienes que absorber lo que ves a tu alrededor, lo que existe sobre la tierra, y luego utilizarlo, junto con el pensamiento contemporáneo, para interpretar lo que ves.
Escribir no es normal. Lo normal es leer y lo placentero es leer; incluso lo elegante es leer. Escribir es un ejercicio de masoquismo; leer a veces puede ser un ejercicio de sadismo, pero generalmente es una ocupación interesantísima.
Existe una gran diferencia entre la persona ávida que pide un libro, y la persona cansada que pide un libro para leer