Lo irreal, lo imaginado y deseado, resulta inesperadamente el factor capital de la realidad humana, y por tanto de la Historia.
El amor que nace súbitamente es el más difícil de extinguir.
Es así: mi corazón súbitamente se alza, acoge, abraza y luego cede y pierde, como se pierden, en el lecho muerto de un río, las piedras secas, las hojas olvidadas.
Antes creía que me haría mayor poco a poco, año tras año (... ). Pero no. Uno se hace adulto de golpe y porrazo.
Nunca he pensado en nada, solamente de golpe me doy cuenta de lo que he pensado, pero eso no tiene gracia, ¿verdad?, ¿Qué gracia va a tener darse cuenta de que uno ha pensado algo? Para el caso es lo mismo que si pensaras tú o cualquier otro. No soy yo, yo. Simplemente saco provecho de lo que pienso, pero siempre después, y eso es lo que no aguanto.
Te sientas frente a un tablero y repentinamente tu corazón brinca. Tu mano tiembla al tomar una pieza y moverla. Pero lo que el ajedrez te enseña es que tú debes permanecer ahí con calma y pensar si realmente es una buena idea o si hay otras ideas mejores.
El amor que nace repentinamente mas tarda en irse
En el Japón somos los herederos de una tradición cultural y de una filosofía agraria, que incluye la naturaleza y el cambio de estación. Quizá sea debido a esto que no somos un pueblo precipitado
La inteligencia es el precipitado de la pasión.