Habla de Cristo sólo cuando te pregunten por él. ¡Pero vive de tal modo que te pregunten por él!
El fuego de la tierra destruye al mismo tiempo que quema, de tal modo que, cuanto más intenso es, tanto menos dura; pero el fuego del infierno tiene tal propiedad, que conserva lo mismo que abrasa y, aunque brama con indecible intensidad, brama para siempre.