Ese es el problema de la gente reservada como yo: a la hora de hacer confidencias, se da cuenta de que escribiendo es más fácil. Y eso sucede porque en la escritura uno está como escondido, no muestra la cara, y les puede dar forma a las ideas y a los recuerdos como mejor le parezca.
Cuanto más te quedas en este tipo de trabajo, más te das cuenta de que una figura pública, una figura pública importante, es un hombre solitario