La primera cualidad de un historiador es ser veraz e imparcial; la segunda, ser interesante
Tras tolerar todo lo que debe tolerar el historiador y lo que se le permite al cristiano, tenemos que clasificar la Inquisición, junto con las guerras y persecuciones de nuestro tiempo, entre las manchas más negras en la historia de la humanidad, la manifestación de una ferocidad desconocida hasta en las bestias
Preguntar a un escritor lo que siente por los críticos es como preguntarle a un poste de alumbrado lo que siente por los perros.
El escritor no desempeña ninguna tares de importancia social. La literatura jamás deber ser comprometida. Simplemente debe ser buena literatura. La mía sólo está comprometida conmigo mismo. Que no me gusta que exista la pobreza es un problema aparte.
Si usted quiere componer el libro, aquí tiene pluma, aquí tiene papel, aquí tiene un admirador; pero, si solamente quiere leerlo, quédese quieta, vaya de línea en línea; admito que bostece entre otros capítulos, pero espere el resto, tenga confianza en el relator de estas aventuras.
Pero de todos modos, y como decía Monsieur Masseras, redactor en jefe del periódico publicado en México en francés, L'Ere Nouvelle, esa desafortunada nación no esperaba sino una sola cosa: un gobierno de orden, de organización y prosperidad, tres palabras, agregaba el periodista, que referidas a México, terreno proverbial de revoluciones y contrarrevoluciones, resultaban por demás irónicas.
Si un escritor se considera revolucionario (y siempre todo verdadero escritor ha estado en pugna contra los órdenes sociales injustos), elegirá la lucha contra su medio ambiente, tratará de superarse y superarlo por todos los medios.
Un escritor no escribe para ganar premios, sino que lo hace para sobrevivir y ganarse de paso el reconocimiento de la gente
En el programa A Fondo de la ciudad de Rosario el periodista pregunta porqué no presenta candidatos a diputados nacionales y Juez contesta: Todavía no enterramos a la abuela y vos querés que elija el traje para el cumpleaños de quince.
Para ser periodista hay que ser buena persona ante todo.
El narrador de mis libros es el hombre corriente. El grano de arena en la Historia. Aquel a quien nunca se pregunta, ese que desaparece sin dejar rastro, llevándose sus secretos a la tumba. Hablo de aquellos que no tienen voz. Los oigo, los escucho, los comprendo. La calle es para mí un coro, una sinfonía. Es infinitamente triste cómo todo se puede decir, susurrar y gritar en la nada.
Un narrador no debería facilitar la interpretación de su trabajo. De otra manera no debería escribir una novela, ya que ésta es una máquina de generar interpretaciones.